Hacemos Congreso Calificado para que la ciudadanía conozca el desempeño individual de sus representantes y con esa información pueda castigar o premiar cuando se presenten nuevamente a pedir el voto buscando la reelección u otro cargo de elección popular.

Lo que se califica se puede mejorar. Los resultados de las evaluaciones son la representación cuantitativa del trabajo realizado individual y colectivamente. Qué hacer ante esos datos es decisión de cada legislador, pero descalificar la medición no cambia la realidad.

Generalmente quienes son mal evaluados desdeñan un ejercicio del que conocen la metodología desde el primer día que asumen sus cargos y cuyos indicadores se construyen con las obligaciones que les impone la ley y por el cual reciben una remuneración pública.

Nuestra metodología se ha retroalimentado con las observaciones de las y los legisladores que en el pasado han planteado sus inquietudes o sugerencias. Ésta que les presentamos es el resultado de esas ideas, más el aprendizaje que hemos adquirido estos 9 años de tener un Congreso Calificado.